
El Estadio Carroll B. Land, ubicado en el campus de la Universidad Nazarena de Point Loma (PLNU) en San Diego, California, es una de las instalaciones deportivas más emblemáticas de los Estados Unidos. Reconocido como «El estadio de béisbol más pintoresco de América», combina la pasión por el deporte con la belleza natural del Océano Pacífico, creando una experiencia única para jugadores y aficionados.
Este estadio ofrece vistas panorámicas del Océano Pacífico, creando un entorno inigualable para jugadores y aficionados. Con una capacidad para aproximadamente 300 espectadores, el estadio ofrece una atmósfera íntima donde los aficionados pueden disfrutar de partidos de béisbol de alta calidad mientras se deleitan con las impresionantes vistas al océano.
Historia del Estadio Carroll B. Land
El estadio lleva el nombre de Carroll B. Land, un legendario entrenador y director atlético de PLNU que dejó un impacto imborrable en la comunidad deportiva universitaria. Su liderazgo y dedicación impulsaron el desarrollo del programa de béisbol de la universidad, consolidándolo como un referente en el ámbito deportivo.
Desde su inauguración, el estadio ha evolucionado con diversas renovaciones, incluyendo:
Áreas de concesión mejoradas para el disfrute de los asistentes.
Asientos modernos para mayor comodidad de los espectadores.
Un marcador digital avanzado que eleva la experiencia visual.
Ya seas un amante del béisbol, un apasionado de la fotografía, o simplemente alguien que aprecia la naturaleza, el Estadio Carroll B. Land ofrece una experiencia inolvidable. Su combinación de excelencia deportiva y belleza natural lo convierte en un destino imperdible en San Diego.

El Debate del Espacio Salarial
La ubicación única del Estadio Carroll B. Land no solo lo convierte en un lugar emblemático para los eventos deportivos, sino también en una atracción para visitantes que buscan experimentar la combinación perfecta de deporte y belleza natural. Además, el estadio ha sido sede de numerosos torneos y campeonatos, consolidando su reputación en la comunidad deportiva universitaria.
Una característica especial de este estadio es que, a pesar de ser pequeño, sacar la pelota del parque no es tarea fácil. “La brisa que llega desde la costa la mayoría de los días hace que el estadio juegue como si fuera mucho más grande”, explicó Riddle, quien también gestiona las instalaciones deportivas de la universidad, en una entrevista para la MLB. “Hemos tenido jugadores que llegan confiados diciendo: ‘Hoy conectaré tres jonrones’. Sin embargo, siempre hay alguien astuto en el equipo que les advierte: ‘Amigo, con este viento, solo conseguirás elevarla para que se quede en el aire’”.